Cuaternario

En el intento del tiempo indemne,
en la sonrisa de la Fama desconocida.
En la rama del eneldo aprovechado.
En el límite del sonido abreviado.

Con la sonata cubriendo mi testa
descubro o reencuentro las idas y venidas
que antaño minaron mi cara.
Cuán gráciles los vuelos de Atoivag,
al son de los sones,
a la vera del inmenso
Mar.

Sindactilias

En la inmensa mañana del Cielo Eterno descubrí al fin que el azul y el blanco no son en vano, que el despertar fue breve, pues venció el sueño, ahora sueño con el amanecer de los Soditnes.

Miríadas de arte

Confluyen en el epitelio palmar
las bocinas intelectuales,
cargamentos de iodo,
y forniculares.

El riesgo asumido del intento de huida
manifiesta por completo
la ausencia del suspiro.

¿Es ésto, entonces?

El cielo y los buenos aires de Agar

Encuadrado en el enlace celestial
se contempla el cielo de la tarde
tras Nas Otiv y Ollitsac.
Fluyen el río y la teína alimonada,
meciéndose en columnas asilvestradas
.... manos enlazadas.

Seivior

Rindiendo alunizaje a la espiral de la noche ............
recuerdan las hojas el paso del elefante,

mas si no fuera por el Estado combatiente ..
sentiríamos el influjo de la alameda.

Mandilion

A un salto de coliflor

se encuentra uno de los vivos,

...aunque siempre inquieta

el blanco del enraizado.

Directamente

La historia de una mujer,

de un momento,

y de una pared,

es la historia de la histeria

en el cúmulo de la noche.

Al salir en picado de las estrellas

los elementos adquieren formas inusitadas.

Algunos apuntan al inculpado,

lo haría yo,

mas de la mano de Reki Zenemij.

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